Un viaje hasta tan distante lugar a todos nos genera muchas expectativas sobre el ¿cómo será?, si se sentirá tan húmedo el clíma como dicen y si habrán tantos matices salvajes como nos ha enseñado el cine. Sin embargo, mi principal inquietud no era esa, lo que me daba vueltas en la cabeza era decidir si era momento de intentar un viaje sin cámara y fotografiar solo con un smartphone y una GoPro, por si acaso o no.

Finalmente y sin hacer mayores pruebas con un nuevo smartphone -un Huawei P30-, decidí que era el momento de utilizar por primera vez un aparato de estos como cámara principal para documentar uno de mis viajes. Después de todo graba en formato raw y si fracasaba, en el peor de los casos volvería con fotos de las típicas que se suelen hacer con este tipo de dispositivos. Aún así, a último momento empaqué también la Nikon, por si las moscas.

Sin entrar en mayores detalles sobre el viaje, una vez en Leticia visitamos un par de lugares, luego nos dirigimos en lancha a través del Amazonas hacia un hotel de selva, hicimos senderismo, visitamos lugares como la Isla de los Micos, Puerto Nariño ciudad pesebre de Colombia -muy linda de verdad-, avistamiento de delfines a la distancia desde el bote, victoria regia, una comunidad indígena en el Parque Nacional Natural Amacayacu, tatuajes temporales con el fruto de un árbol que duran unas dos semanas, ver algunos animales exóticos en una especie de zoológico que no es zoológico pues aseguran es un lugar de rehabilitación (), comida peruana en Islandia -deliciosa-, montarse un momento en un búfalo de agua, tour y compras en dos poblaciones de Brasil, probar frutas de selva, entre otras actividades.

Pero el objetivo de esta historia es narrar la aventura fotográfica desde lo técnico y la permanente experimentación, que quienes me conocen saben es lo que realmente disfruto. Por lo demás, como la explotación de los animales que pudimos notar, me sumo a narrativas como esta <https://www.nationalgeographic.com/wildlife-watch-amazon-ecotourism-animal-welfare>, en la que el lector podrá conocer una lamentable realidad.

Ahora bien: ¿Cómo se comportó el smartphone como cámara principal de viaje? La verdad es que al final concluí que no sería una evaluación objetiva, ya que como un popular adagio fotográfico reza “tomar fotos bonitas a cosas bonitas es muy fácil” y de verdad que este lugar te ofrece escenas preciosas a cada momento, sin embargo, aunque disfruté tremendamente la portabilidad, rápidamente la expectativa se fue desmoronando.

Huawei P30 te entrega un celular con 3 cámaras traseras -40mp, 16mp, 8mp- y un software de la cámara bien trabajado sobre todo con sus modos de inteligencia artificial que optimizan muy bien las escenas para que lo automático más o menos brille y destaque. Igualmente tiene un modo manual que permite configurar medición, ISO, veloicdad, compensación, balance de blancos, autoenfoque y el anhelado RAW.

Paisaje tomado con Huawei P30 con revelado digital

La apertura está aparte en otro modo dedicado, sin poder modificar al mismo tiempo los demás parámetros mencionados anteriormente. Como sea, en este punto algo se puede inventar uno jugando con el aparato, de eso se trata. Con los RAW algo llamó poderosamente mi atención: Un RAW de este smarphone siempre pesa 79.9 mb, es decir que con solo unas 12 fotografías aproximadamente ya ocuparás 1GB de almacenamiento.

Un RAW de este peso tiene que ser muy bueno -pensé-, pues los archivos equivalentes en una Nikon D5300 como la que tengo, apenas oscilan entre las 23 y 32mb. Comencé así a llenarme de gigas y gigas de fotos tomadas con el smartphone y a medida que veía como se iba llenando de rápido esas 128gb de almacenamiento que tiene, pensé en como ese flujo de almacenamiento para un caso aficionado como el mío resulta insostenible.

GoPro al rescate

Como parte de mi equipo es bien sabido que también tengo una vieja GoPro Hero 5 que compré en San Andrés Islas por un precio bastante económico (muy económico la verdad), y que con ella he hecho muchas fotos y videos bonitos de una que otra salida, tiempo en el cual la he conocido sus cualidades y sus limitaciones, encontrando ese balance con el cual sé como va a reaccionar ante una escena que le pida y su flujo en la edición.

Y así me la pasé todo el viaje alternando entre los dos dispositivos pequeños, sin duda bastante agradable la portabilidad de la dupla Huawei + GoPro, permitiendo tener un aparato con el cual fotografiar en todo momento, incluso bajo la lluvia o el agua con GoPro y en paisajes o selfie con el smartphone, aunque de noche extrañé a la Nikon, pues aunque la foto nocturna del smartphone se ve bien ahí, al revisarla en el laptop ya no tanto.

Y aquí tengo una foto espectacular que perdí porque ninguno de los dispositivos de la dupla Huawei P30 + GoPro pudo responder como lo hubiera hecho la Nikon D5300 en estas condiciones nocturnas. Como se puede ver, es una escena que tiene el mítico río Amazonas, la selva, una tormenta eléctrica con rayos espectaculares y encima el cielo estrellado con la vía láctea. Ni quise tratar de reencuadrar la escena.

Estrellas y tormenta en el río Amazonas

Buen intento de la GoPro hero 5 por captar las Estrellas, tormenta, vía láctea, río y selva en el río Amazonas

Y es que ese es un punto clave, las fotos del smartphone se ven aceptablemente bien en su pantalla, sin embargo, al llevarlas a una laptop tratan de verse bonitas pero tienen un feeling con el cual no dejan de sentirse un tanto corrientes. Hubo muchas fotos más en ese viaje como la del atardecer (que aparece de portada en este artículo) y que así como salió del smartphone tal cual se publicó.

Básicamente este ejercicio me lleva a concluir que Huawei con su slogan “reescribe las reglas de la fotografía” lo intenta bien, sorprendiendo el avance enorme que han logrado en tan pocos años en este campo y que destaca por la adaptación en sus modos automáticos reforzados por la IA y que posiblemente, siguiendo el camino de Apple han tomado la ruta de prestar atención al software para entregar resultados bonitos en la foto del día a día.

GoPro ni se diga, han sido pioneros en darnos esa portabilidad y en el caso de mi Hero 5 me gusta para tomar fotos bonitas y memorables de bajas resoluciones para cargar a Instagram o Facebook. De hecho, encontré algo muy particular al revelar fotos de esta cámara con Lightroom y es que los .JPG estallan en un monton de colores espectaculares e impredecibles. Algo que no hacen los .GPR (raw) de esta cámara.

Fotografía tomada con GoPro Hero 5

En cuanto al proceso de revelado de fotos RAW tomadas con el Huawei P30 puedo decir que no hay nada del otro mundo, quizás mi expectativa por ese peso exagerado de 79.9mb superó lo que en realidad se puede hacer con un archivo de estos, aunque honestamente un archivo RAW de 25mb de la Nikon D5300, en la misma escena tiene muchísima más información para realizarle ajustes y recuperar info de zonas muy iluminadas o muy oscuras, así como su reacción suavemente natural con los tonos claros en la coloración.

Lo que puedo concluir es que si quieres una foto del día a día de un viaje, con elementos sencillos como paisajes bien iluminados, comida, selfies y similares, el celular está muy bien, pero si quieres una foto más específica que quieras lograr, con características, detalles o colores especiales, resultará más dificil y lo lograrás de una manera más natural con una cámara reflex.

Esto me dejó con ganas de probar más comida peruana

PDT. Finalmente durante el viaje saqué la Nikon D5300 para realizar solo algunas fotos de prueba para poder comparar posteriormente con las demás y poder así probar y sustentar la conclusión anterior.